"La muerte (o su alusión) hace preciosos y patéticos a
los hombres. Estos conmueven por su condición de fantasmas; cada acto que
ejecutan puede ser último; no hay rostro que no esté por desdibujarse como el
rostro de un sueño. Todo, entre los mortales, tiene el valor delo irrecuperable
y de lo azaroso. Entre los Inmortales, en cambio, cada acto, (y cada
pensamiento) es el eco de otros que en el pasado lo antecedieron, sin principio
visible, o fiel presagio de otros que en el futuro lo repetirán hasta el vértigo.
No hay cosa que no esté como perdida entre infatigables espejos. Nada puede
ocurrir una sola vez, nada es preciosamente precario. Lo elegíaco, lo grave, lo
ceremonial, no rigen para los Inmortales"
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